
La placa de fibramiento, un material muy utilizado en la construcción durante el siglo XX, se fabricaba con una mezcla de cemento y fibras de amianto, también conocido como asbesto. Este material fue ampliamente empleado debido a su resistencia al fuego, durabilidad y bajo coste. Sin embargo, con el tiempo, se descubrió que las fibras de amianto presentes en las placas de fibramiento representan un grave riesgo para la salud cuando se liberan al aire y son inhaladas, lo que ha generado la necesidad de retirarlas de manera controlada y segura.
Riesgos del amianto en la placa de fibramiento
El principal riesgo asociado con las placas de fibramiento es la presencia de amianto, un material que se descompone en microfibras que pueden quedar suspendidas en el aire. La inhalación de estas fibras puede causar graves enfermedades respiratorias, como la asbestosis, el cáncer de pulmón y el mesotelioma. Debido a estos peligros, muchos países han prohibido el uso de amianto en la construcción, pero aún existen numerosos edificios y estructuras que contienen placas de fibramiento, lo que representa una amenaza para los ocupantes de estos espacios si no se gestiona adecuadamente.
Cuando la placa de fibramiento se encuentra en buen estado y no se manipula, el riesgo es mínimo. Sin embargo, con el tiempo, estas placas pueden deteriorarse, especialmente si están expuestas a la intemperie, lo que aumenta la posibilidad de que las fibras de amianto se liberen al ambiente. Por esta razón, la retirada de placas de fibramiento es un proceso esencial en cualquier proyecto de renovación o demolición de edificios antiguos.
Proceso seguro de retirada de placas de fibramiento
La retirada de la placa de fibramiento que contiene amianto es una tarea compleja que requiere un enfoque meticuloso y especializado. El primer paso en este proceso es la identificación del material. Antes de iniciar cualquier trabajo de retirada, se deben realizar pruebas para confirmar la presencia de amianto en las placas de fibramiento. Esto suele implicar el análisis de muestras en laboratorios acreditados, lo que garantiza resultados precisos y fiables.
Una vez confirmada la presencia de amianto, se debe desarrollar un plan de retirada que tenga en cuenta las características del proyecto, la ubicación de las placas y su estado. Este plan también incluye una evaluación de los riesgos para minimizar la exposición de los trabajadores y el público. Las empresas especializadas en la retirada de amianto, como AGD, implementamos estrictas medidas de seguridad para garantizar que la retirada se realice de manera controlada y sin riesgos.
Entre las medidas más comunes se encuentran el aislamiento del área afectada mediante barreras físicas y señalización, el uso de equipos de protección personal (EPP) por parte de los trabajadores y la aplicación de métodos como el humedecimiento de las placas antes de su manipulación para reducir la liberación de fibras al aire. Además, el uso de herramientas manuales en lugar de equipos eléctricos ayuda a minimizar el riesgo de daño a las placas de fibramiento, asegurando su retirada en piezas lo más intactas posible.
Eliminación adecuada de los residuos
Una vez retiradas, las placas de fibramiento no pueden ser simplemente desechadas. Estos residuos peligrosos deben ser transportados. Además, deben ser eliminados de acuerdo con normativas específicas. En muchos países, las leyes obligan a que los materiales que contienen amianto sean llevados a instalaciones de tratamiento especializadas. Allí, se almacenan de forma segura. Esto se realiza para evitar su liberación en el medio ambiente.
Si necesitas información adicional o un presupuesto para la retirada del amianto, no dudes en contactarnos.